lunes, 15 de octubre de 2012

Para enriquecerte, tienes que ser rico.


Esta es una premisa a la que llevo tiempo dándole forma en mi cabeza.
Para poder explicarla, hay que partir de un sistema, capitalista, el cual está montado de tal forma que crees vivir "El sueño Americano".
Todos piensan que si trabajas, inviertes, y trabajas, puedes llegar a amasar un gran capital. Primer error. Pongamos un ejemplo y quedará más claro. Eres una persona trabajadora. Tienes un pequeño capital, y lo inviertes en alquilar un pequeño local, comprar la maquinaria necesaria, y viola, te abres tu propia panadería, con horno de pan incluido.


Conforme pasa el tiempo, te das cuenta que no sólo no has ganado clientes, si no que los vas perdiendo. Oyes rumores, que si masas de pan congeladas, que si pitos, y flautas.
Decides investigar, te metes en harina, y mira por donde, en el supermercado, las barras de pan cuestan 3 por 1 euro, cuando a ti, una sola barra de pan, te cuesta 65 céntimos el elaborarla, contando un pequeño margen de beneficios.

¿Por qué pueden vender tan baratas las barras de pan en el supermercado, siendo ellos intermediarios que calientan la masa congelada?

Muy sencillo. Un hombre, de traje y corbata, con un capital mucho mayor al tuyo, decidió comprar naves industriales, y meter maquinaria industrial para hacer pan. Con esto, el proceso de elaboración queda completamente industrializado, y en el tiempo que tu haces 20 barras de pan, el señor trajeado está haciendo 600 como mínimo. 


         El cliente, pese a que te conoce de toda la vida, prefiere ahorrar unos céntimos, ya que los tiempos que corren son de vacas flacas.

         Como no puedes mantener la maquinaria, y pagar las mensualidades del local para mantener a tu familia, decides cerrar tu “pequeño y próspero negocio”, e ir a casa del señor trajeado a tocarle la puerta.
         Consigues trabajo, si, pero ¿a qué precio?

Empiezas una nueva vida en casa del señor del traje y corbata, trabajando en su industria panificadora, trabajando más horas que un chino, y sin derecho a quejarte, puesto que los compañeros que son del sindicato, están subvencionados por éste. Y si se quejan, les quitan las mejoras laborales y salariales de las que gozan.
         Por tanto, te aconsejan que te mantengas calladito, y hagas bien tu trabajo.
         Señores, esto es el capitalismo, ese precioso barco en el que te subes para emprender tu pequeño negocio, y ellos mismos te hunden a cañonazos, para después forzarte a remar en su Galeón.
         Sed bienvenidos a la maquinaria del sistema. Ya sois uno más en el engranaje.
Salud.